viernes, 6 de diciembre de 2013

Árboles y arbustos forrajeros alimento para bovinos en regiones tropicales secas



Cada día toma más fuerza la inclusión de árboles y arbustos en potreros para pastoreo de bovinos, lo cual es visible en la expansión de manera considerable de la arborización de áreas en uso ganadero en el Caribe seco colombiano.
Por: Belisario Antonio Roncallo Fandiño
Investigador Corpoica C.I.Motilonia

No se disponen de cifras estadísticas relacionadas con la expansión de estas áreas, sin embargo, el paisaje ha sufrido una evolución importante, en el cual se resalta este aspecto. La forma de recuperar áreas “enmalezadas o enrastrojadas” es completamente diferente comparada con las intervenciones de tres a cinco décadas atrás, donde se resaltaba la tala completa del bosque, el descubrir completo del suelo y las quemas de la cobertura talada.
La respuesta observada se puede atribuir a diferentes factores que han generado un cambio en el pensar y en el concebir de la producción ganadera por los productores en estos ecosistemas frágiles; entre otros factores, el quehacer científico ha cumplido un papel.
Se ha señalado que el uso de los sistemas integrados de producción (silvopastoril y agrosilvopastoril) son opciones productivas eficientes debido a su competitividad frente a los sistemas monoespecíficos o especializados (forestal, ganadería, agricultura) (Kichel, et al., 2012). La presencia de árboles y arbustos en potreros hace aportes importantes en esta integración, entre los que se destacan:
  • Mejoramiento de las condiciones microclimáticas, como reducción de la amplitud de la temperatura, aumento de la humedad relativa del aire, disminución de la intensidad de los vientos, retención de humedad del suelo.
  • Aumento del bienestar animal, con beneficios en el consumo de alimento, tiempo de pastoreo, incremento de la producción de carne y leche, y mejoramiento en el desempeño reproductivo.
  • Producción de madera
  • Captura de CO2
  • Protección del suelo: contribución con la conservación y mejoramiento de las propiedades física, química y biológica de los suelos y de su capacidad productiva.
  • Fuente de forraje para bovinos, ovejas y cabras.

Muchas plantas arbóreas y arbustivas contienen cantidades significativas de nutrientes (proteína, energía, minerales y vitaminas).
La utilización de árboles y arbustos forrajeros está motivada, entre otros aspectos, por la adaptación de especies a regiones con presencia de épocas con sequías prolongadas y con baja oferta de gramíneas. Muchas especies son comestibles por los animales y están disponibles naturalmente en las fincas, ofrecen follajes o frutos de razonable calidad, bajo costo de producción de alimento, reducción de los costos de producción por la disminución en el uso de productos químicos para el control de malezas, conocimiento local de productores sobre plantas consumidas en pastoreo, uso de la biodiversidad y además son fuente de proteína, energía, minerales y vitaminas.
Generalmente, el uso de estas especies forrajeras se realiza en forma de pastoreo permitiendo el ramoneo de los animales o en corte y acarreo, lo cual es menos común; de cualquier manera, es importante para la selección de las especies tener en cuenta los siguientes criterios: que se adapte a las condiciones de suelo y clima de la finca; que tenga una buena producción forrajera; que posea una buena palatabilidad (agradable al gusto del animal); que tenga un buen valor nutricional; que tolere podas frecuentes o pastoreo; que tenga buena capacidad de rebrote y crecimiento, y que no contenga sustancias tóxicas para los animales.
Desde el punto de vista nutricional la investigación ha avanzado en el conocimiento y uso de partes de las plantas (follaje y fruto), del manejo en pastoreo o en corte y acarreo, con una aceptación importante de los productores.
Existen experiencias bien documentadas técnicamente en la utilización de árboles y arbustos forrajeros en la alimentación de rumiantes, dentro de las cuales se destacan las siguientes especies conocidas para el uso de los frutos: algarrobillo (Pithecellobium saman),  trupillo (Prosopis juliflora), aromo (Acacia farnesiana), totumo (Crescentia cujete), orejero (Enterolobium cyclocarpum); estos hacen una contribución importante como fuente de alimento para los rumiantes en las épocas de sequías.
En el uso del follaje de los árboles y arbustos utilizados como forraje cada día se amplía más, siendo las plantas más conocidas, entre otras, las siguientes: la leucaena o acacia forrajera (Leucaena leucocephala), totumo (Crescentia cujete), el guácimo (Guazuma ulmifolia), el caranganito (Senna atomaria), el guandul (Cajanus cajan), el matarratón (Gliricidia sepium), la morera (Morus alba), la cratilia (Cratylia argentea), la moringa (Moringa oleífera); las últimas siete especies son más recomendadas para  corte y acarreo.
En una investigación adelantada en zonas secas de la región Caribe colombiana, que partió del conocimiento local de los ganaderos, se concluyó que el potencial nutricional de las plantas arbóreas y arbustivas nativas es halagüeño, principalmente en épocas de sequía (Roncallo, et al., 1997).
Generalmente, el uso de estas especies forrajeras se realiza en forma de pastoreo permitiendo el ramoneo de los animales o en corte y acarreo,
El estudio reveló que el aporte de proteína es una de las más importantes contribuciones de estas plantas a la alimentación de rumiantes en el trópico; el promedio del contenido de proteína cruda del follaje fue de 17,03 ± 5,11%. Diversos autores (García, R., 1986; Roncallo, et al., 1997; Gonzáles y Cáceres, 2010; Roncallo, et al., 2012) registraron los siguientes valores de proteína para la leucaena (22,8 por ciento), matarratón (24), guandul (18,6), guácimo (16,9), totumo (14,2), caranganito (14), cratylia (17,4) y morera (22,7 por ciento).
El contenido de energía digestible (1.71±0.61 Mcal/kg) es importante aunque inferior al proporcionado por las gramíneas predominantes en la región.
La digestibilidad (DIVMS) presentó un valor promedio de 61.7±13.3%; la concentración promedio de minerales es alta (11.5± 5.39%) con una mayor variación entre las especies. Es evidente la contribución de precursores de vitamina A, la cual cumple un papel nutricional muy importante en época de sequía cuando las gramíneas se secan.

 Aromo
 Leucaena
 Matarratón
Trupillo

El suministro de estas materias primas (frutos y follajes) se pueden incluir en la preparación de suplementos alimenticios para la alimentación de rumiantes con respuestas positivas en la producción de leche en vacas de doble propósito. Jiménez, et al., (2005), con el suministro diario de 3 kg/vaca de bloques multinutricionales (Tabla No. 1), obtuvieron incrementos importantes en la producción de leche comparadas con las vacas del grupo testigo.
Tabla No. 1. Composición de los suplementos formulados

Materias primas
Suplemento   A (g)
Suplemento     B (g)
Fruto de samán
534,4
364,5
Fruto de trupillo
267,6
100,0
Fruto de orejero
66,7
-
Hojas de matarratón
-
150,0
Semilla de algodón
-
226,5
Harina de yuca
40.0
68,0
Melaza
53,6
37,5
Úrea
26,8
10,0
Azufre
10,0
10,0
Sal mineralizada
10,9
21,0
Cal agrícola
50,0
21,0

Es extenso el registro de resultados de ganancias de peso y producción de leche obtenida con el suministro de follaje de plantas arbóreas y arbustivas en bovinos, principalmente de leucaena, por ser una de las especies más estudiadas en el mundo. Los incrementos de ganancias de peso en el Caribe seco de novillos en pastoreo de gramíneas asociadas con leucaena variaron desde 16,2 a 46,4 por ciento comparados con gramíneas solas; en banco de proteína, la leucaena pastorada entre 6 a 12 horas diarias incrementa la ganancia de peso hasta un 70 por ciento con respecto de un testigo de solo gramínea.
En producción de leche/vaca/día, se han obtenido incrementos hasta del 40 por ciento con el pastoreo de potreros de gramíneas asociadas con leucaena en relación con vacas lactantes en potreros de gramíneas solas.

Consideraciones finales
Muchas plantas arbóreas y arbustivas contienen cantidades significativas de nutrientes (proteína, energía, minerales y vitaminas), producen una suma importante de forraje, son consumidas por los bovinos, son tolerantes al pastoreo o al corte, por esta razón se pueden utilizar como forraje para bovinos con el objetivo de mejorar la producción de carne y leche en sistemas ganaderos de doble propósito. El follaje y los frutos pueden formar parte de suplementos alimenticios que al suministrarse mejoran la producción animal.

BIBLIOGRAFÍA
García, R. 1986. Banco de proteína. En: Anaís do congresso Brasileiro de pastagens´86 y simpósio sobre manejo do pastagem. Editores: Mendes, S. A.; De Moura, J.C; Pedroso, V. FEALQ. Piracicaba. P 79-99
Gonzáles, E., Cáceres, O. 2010. Valor nutritivo de árboles, arbustos y otras plantas forrajeras para los rumiantes. En: Morera un nuevo forraje para la alimentación del ganado. Compiladora: Milera, M. p 157 – 163.
Jiménez, H., Arreaza, L., Roncallo, B., Barros, J., Rodríguez, G. 2005. Suplementos nutricionales para bovinos elaborados a partir de frutos de árboles para afrontar períodos de sequía en la Región Caribe. Corpoica-MADR. 20 p
Kichel, A. N., Bungenstab, D. J., Zimmer, A.H., Oliveira, S. C., De Almeida, R.G. 2012. Sistemas de integracao lavoura-pecuaria-floresta e o progresso do setor agropecuário brasileiro. En: Sistemas de integracao lavoura-pecuária-floresta: a producao sustentavel. Editor Bungenstab, 2a edicao. Embrapa. Brasilia. P 1-9
Roncallo, B., Abadía, B., Barros, J., Romero, M., Avila, E., Anzola, H. 1997. Plantas arbóreas, arbustivas y de cobertura consumidas por rumiantes menores en La Guajira colombiana. Boletín de investigación. Corpoica. Valledupar. 86p


viernes, 22 de noviembre de 2013

En España: de la ganadería industrial al modelo agroecológico



Colombia posee un registro de menos de 100 Ha en producción ganadera ecológica certificada, teniendo un potencial al menos de 20 millones de Ha en pastoreo. En este artículo conoceremos un modelo español que nos enseña las condiciones generales que debe reunir un ganadero para ser productor ecológico.

Por: Michael Rúa Franco[1] y Juan Camilo Rodríguez[2]

Para contribuir con ideas que permitan identificar oportunidades que pueda tener el negocio ganadero colombiano frente al mercado globalizado, desde la perspectiva de lo ecológico aplicado a la producción ganadera, presentamos este artículo sobre la experiencia de España, un país reconocido mundialmente por su acelerada evolución e industrialización en materia de agricultura y ganadería, pero también como uno de los más importantes productores de alimento orgánico en el continente europeo y en el mundo, a pesar de ser un territorio que posee menos de la mitad de tierra que tenemos los colombianos, para cultivar o explotar con fines agropecuarios y su inventario ganadero es cuatro veces inferior al nuestro.

La actividad ganadera como negocio en España, en relación con Colombia y otros países de la comunidad del trópico, se considera mucho más evolucionada debido al desarrollo que ha experimentado, especialmente notable durante el último tercio del siglo XX, por supuesto, muy presionado por el contexto de la comunidad europea en general, impulsado por los históricos eventos de las revoluciones industrial y verde, los cuales contrajeron deforestación, incendios forestales, mecanización de suelos con herramientas de arado, fertilizantes de síntesis y agrotóxicos usados para control de plagas y de “mala hierba” o malezas, y demás metodologías de agresión a la tierra, a la naturaleza y al entorno ambiental, que se conocen hoy como “prácticas o metodologías y tecnologías convencionales”. También significó la introducción de razas foráneas, importadas y con ellas el manejo del ganado en sistemas de confinamiento, entre otras.


España es uno de los más importantes referentes mundiales en producción ganadera ecológica.

En consecuencia, la estructura interna de la “cabaña ganadera española” ha variado mucho, e incluso, su propia composición debido al cruzamiento entre razas para obtener animales mestizos (cruces industriales). En lo que respecta al sistema de explotación o producción, en las ganaderías para ordeño se prefiere el régimen de estabulación. En las destinadas a carne, sean de raza autóctona o cruzadas con foráneas, se prefiere el régimen campero, aunque también completando la alimentación con pienso[3] (semiestabulación)1.

Algo muy similar, aunque bajo condiciones diferentes, sucede en Colombia. Tal vez en nuestro país no ha habido tanto desarrollo con la producción ganadera confinada, pero nuestras prácticas ganaderas están altamente regidas por lo convencional, lo cual atrae severas consecuencias negativas contra el negocio mismo, por lo que debemos aprender de la experiencia de la ganadería española, antes que vivir en “cabeza propia” el rigor del desgaste del ecosistema ganadero y del negocio.

Tan notables como ha sido la acelerada industrialización de la ganadería en España, también lo son las consecuencias negativas que todo ello atrajo sobre el entorno ambiental y la naturaleza. La industrialización del negocio ganadero español ha dado lugar a una transformación de los espacios ganaderos en el país3. El desgaste de la tierra explotada convencionalmente, tanto en sistemas extensivos como en los intensivos, ha sido bastante evidente, y las estadísticas lo constatan. Así es como cada vez hay más ganado (hoy España tiene 6,5 millones de cabezas bovinas cuando hace 60 años tenía casi la mitad), pero también hay menos tierra para uso pecuario en pastoreo (hoy son 11,1 millones de ha cuando hace 60 años poseía casi el doble), y ha decrecido notablemente el número de productores (hace 60 años eran aproximadamente 2 millones mientras hoy queda menos de 1 millón). Además, la agricultura en España ha desplazado a la ganadería, y esta a su vez ha deteriorado los bosques para convertirlos en pastizales, lo que es una de las causas para que haya menos área pastoreable, de tal modo que se podría decir que son los mismos ganaderos que al usar tecnologías de producción convencional han venido “cavando su propia tumba”.

La ganadería, y por supuesto también la agricultura, de forma industrial y bajo las prácticas convencionales, han arruinado las tierras, han contribuido notablemente a los procesos de “desertificación” (convirtiendo tierras fértiles en infértiles desiertos), y la escasa vegetación boscosa ha atraído problemas ambientales, entre ellos los cada vez más inclementes fenómenos del efecto invernadero y el cambio climático. Pero no solo eso, sino además, detrás de ello, problemas de salud pública, puesto que alimentos para consumo humano producidos convencionalmente afectan la salud humana al estar contaminados con residuos químicos (por la fertilización sintética), desechos de venenos (debido al uso de agrotóxicos como los herbicidas, insecticidas y pesticidas), sobrantes de medicamentos y otras sustancias (ocasionado por el control de parásitos y enfermedades o al empleo de anabólicos y algunos estimulantes de la producción tanto de carne como de leche), lo que en el mundo ha disparado los casos de cáncer, las enfermedades metabólicas, las disfunciones fisiológicas especialmente cerebrales, y los casos de infertilidad sexual, entre otras.

En Europa esto ha generado tal preocupación a nivel de la medicina y en cuanto a las políticas de salubridad (en animales como en humanos) y de protección y recuperación de los ecosistemas productivos y de la naturaleza y el ambiente en general, que cada vez hay mayor demanda en todo el continente por los alimentos no contaminados, a garantía de que fueron producidos bajo metodologías ecológicas certificadas, y también, claro está, ha crecido la oferta.

España es el tercer productor de la Unión Europea (UE), detrás de Alemania y Reino Unido, de alimentos con clasificación de “ecológico”, con certificado y sello que los avala como tal. Es así como este país se ha venido afirmando como uno de los más importantes referentes mundiales en producción ganadera ecológica. Pero, dadas sus limitaciones, ni aún reuniendo la producción total de todos los países europeos que le han apostado a este modelo, logran satisfacer la demanda, ni de Europa ni mucho menos de otros consumidores fuera del continente. Los países europeos son en su mayoría pequeños en comparación con Colombia, y además, bastante afectados por los efectos del cambio climático, luego, sus tierras para ganadería son bastante limitadas. Por eso, han venido explorando posibilidades de inversión en Suramérica, segundo mayor productor de alimento ecológico en el mundo detrás de Oceanía, que todavía tiene una producción incipiente.

Los europeos han venido explorando posibilidades de inversión en Suramérica, segundo mayor productor de alimento ecológico en el mundo detrás de Oceanía

En Colombia, la estadística reporta que según el censo más reciente, oficialmente hay registro de menos de 100 Ha en producción ganadera ecológica certificada, pero con un potencial para desarrollar al menos 20 millones de Ha en pastoreo, de los 39 millones que usa actualmente en ganadería en todo el territorio nacional.
Si se considera que la producción ecológica permite cargas de 2 a 3 cabezas por Ha en pastoreo, en caso tal de que Colombia decidiese tecnificar su ganadería bajo el modelo de ganadería ecológica, significaría que el inventario ganadero para producir alimento ecológico certificable estaría entre 40 y 60 millones de cabezas de ganado como mínimo (puede ser mayor). Esto sería 10 veces más del inventario total de ganado vacuno que hay en España (juntando ecológico y convencional). De aquí se puede deducir la capacidad que tiene nuestro país de convertirse en “una despensa para la humanidad” en cuanto a alimento ciento por ciento natural, más sano y saludable, puesto que sería libre de toda contaminación y sin necesidad de acudir al confinamiento, ya que la producción ecológica se hace a pastoreo, pero haciendo más eficiente el uso de nuestra tierra con su vegetación pastoril y optimizando el manejo del ganado, y sin requerir más que a una buena cerca eléctrica y tener aptitud de productor ecológico, con lo que se lograría que Colombia duplique o triplique su inventario ganadero actual, y así, consiga impactar muy positivamente el PIB nacional.

¿Cuáles son las condiciones necesarias para que Colombia pueda llegar a ser esta despensa de alimento ecológico?

Primero hay que dejar claro, que hay dos tipos de ganadero ecológico:

1.- El productor ecológico por convicción, para quien producir alimento ecológico (más sano y saludable) es lo que éticamente le corresponde, es consciente que aún si no le pagan más o mejor por lo que produce, de todas maneras es lo que quiere que consuman sus compradores, y así contribuye con la sociedad.

2.- El productor que opta por ser ecológico, persiguiendo un certificado que le de mérito para que lo que produce pueda ser sellado con una etiqueta que lo distinga como tal, y así poder pretender mejor precio para lo que produce, es decir, lo hace por negocio.

Claro que, en ambos casos, hay un beneficio implícito. Es decir, tanto al productor que lo hace por convicción, como para el que lo hace por negocio, hay una ganancia intrínseca, y viene del resultado de producir al mínimo costo (se reducen los gastos) y máxima eficiencia (se incrementan los ingresos porque sus tierras producen más).
Aprendamos entonces del modelo español o europeo las condiciones generales que debe reunir un ganadero para ser productor ecológico:

CONDICIÓN No. 1. Animales adaptados al ambiente
Seleccionar razas o estirpes adaptadas al entorno, resistentes a enfermedades, con preferencia (no significa exclusividad) por las razas autóctonas dado que ellas están adaptadas a las condiciones nativas. Aquí en Colombia podría ser muy fuerte dado que posee más variedad de razas criollas que cualquier país en el mundo, con 11 razas reconocidas como propias, además de material genético ya adaptado como Holstein criollo y la tremenda variedad de razas cebuínas tropicales.

CONDICIÓN No. 2. Nutrición lo más natural posible
La nutrición de animales adultos en producción ganadera ecológica se debe proveer a base de pastos y forrajes (idealmente al ciento por ciento); en su defecto, se puede acudir a forrajes conservados (heno, silo, entre otros), y a los balanceados (concentrados) siempre que no supere nunca el 40 por ciento de la dieta total, y con el requisito de que hayan sido producidos ecológicamente, dentro o fuera de la propiedad.

Entre tanto, las crías deben ser nutridas con leche natural, preferentemente materna (de su madre natural o de una nodriza), mínimo hasta su tercer mes de vida en bovinos, o mes y medio en ovinos caprinos.

CONDICIÓN No. 3. Crianza natural
Es indebido realizar prácticas de destete precoz, entendiendo esto como la práctica de reemplazar el ciento por ciento de la alimentación a base de leche materna por balanceados o aun por forrajes conservados (heno o silo), sin importar que estos últimos fueran producidos ecológicamente, desde la primera semana de nacimiento.

 Las crías deben ser nutridas con leche natural, preferentemente materna (de su madre natural o de una nodriza), mínimo hasta su tercer mes de vida en bovinos, o mes y medio en ovinos caprinos.

 Arborizar el terreno ganadero permite reducir la temperatura ambiental en las épocas de sequía, favoreciendo al ganado, la tierra, los pastos y los organismos vivos del suelo.

CONDICIÓN No. 4. Retiro total de insumos artificiales

Netamente inadecuado e indebido el uso de promotores o estimulantes del crecimiento y desarrollo corporal o muscular, o de la producción (antibióticos, coccidiostatos, medicamentos, hormonas o cualquier otro factor estimulante) porque causa alteraciones al sistema hormonal del organismo animal, aparte de que sus residuos en carne o leche pueden ocasionar problemas de salud al consumidor.

CONDICIÓN No. 5. Producción a libre pastoreo
Solo la fase de finalización en ceba de novillos, ovino caprinos y porcinos se podrá realizar en establos y nunca debe superar este tiempo 1/4 parte de su vida.

CONDICIÓN No. 6. Prohibido usar químicos y venenos
Anular totalmente el uso de agroquímicos y agrotóxicos, como fertilizantes o abonos de síntesis (sintéticos-artificiales no naturales), herbicidas, plaguicidas, insecticidas, pesticidas, fungicidas, entre otros.

CONDICIÓN No. 7. Reducir al máximo la agresión al suelo
Preferiblemente no agredir al suelo con herramientas de arado de ningún tipo. Esto rompe el ciclo del etileno, por medio del cual un suelo se hace fértil de manera natural a partir de los procesos biocenóticos (vida microorgánica), mediante los organismos vivos que habitan el suelo ganadero y descomponen los desechos orgánicos (hojarasca, ramas, frutos caídos al suelo, animales muertos, y muy especialmente las heces de todos los ejemplares que pastorean) y producen humus que es materia orgánica rica en nutrientes para el pasto y demás forrajes.


CONDICIÓN No. 8. Arborización
Arborizar el terreno ganadero, porque así hay una reducción de la temperatura ambiental en las épocas de sequía (aprox. 5 a 10º más bajo que donde no hay árboles), y esto es favorable para el ganado (sombra), pero también para el suelo (reciclaje de nutrientes), para los organismos vivos del suelo (el sol es su enemigo) y hasta para los pastizales (no se deshidratan por efecto de la radiación solar cuando hay épocas de intenso sol). Pero además, los árboles atraen fauna de múltiple variedad (aves, arañas, insectos, entre otros) que son depredadores naturales de otros organismos como moscas y garrapatas, por lo que se genera control natural de parásitos del ganado. Y, por supuesto, son retenedores de humedad y protegen aguas. Generalmente, los árboles regulan o equilibran el ecosistema.

CONDICIÓN No. 9. Medicina veterinaria homeopática y preventiva no curativa
·         Debe predominar la medicina preventiva sobre la curativa
·         Implementar razas rústicas, adaptadas, autóctonas
·         Alimentación adecuada y procedente de cultivos ecológicos
·         Acceso sostenido a pastos (a mayor pastoreo, mejor desempeño fisiológico como consecuencia del máximo confort y bienestar del ambiente natural)
·         Evitar sobrepastoreo (sobrecarga animal en pastoreo no controlado)
·         Evitar hacinamiento en corrales y alojamientos
·         Emplear productos homeopáticos, oligoelementos, fitoterapéuticos (extractos y esencias de plantas) que estén certificados
·         Solo para uso curativo usar medicamentos alopáticos, de síntesis química o antibióticos, únicamente cuando los productos homeopáticos no curen la enfermedad adquirida y siempre bajo responsabilidad de un veterinario
·         La enfermedad y su tratamiento se deben reportar de inmediato a las autoridades de control (el ICA en Colombia)
·         Si hay efecto residual de los tratamientos aplicados tanto en ganado de leche como de carne, para producción ecológica se deberá esperar EL DOBLE de tiempo de residualidad del sugerido por quien produce el medicamento
·         Si un animal es tratado más de dos veces el mismo año, se considerará contaminado (convencionalmente) y se debe manejar un retiro igual al que se maneja para conversión o reconversión (proceso para certificación ecológica) antes de vender sus productos como ecológicos
·         Cuando un animal es tratado frecuentemente con biológicos o naturales es porque no está adaptado y se debe retirar de la explotación
·         Solo deben ser tratados los animales enfermos o que se han identificado que son los más susceptibles. La prevención de enfermedades como se indicó se hace no por medicamentos sino por manejo, nutrición, genética, ambiente o confort
·         Si caen muchos animales enfermos a la vez es indicador de graves fallos de manejo o nutrición/alimentación, o que hay hacinamiento, o que los alojamientos no son aptos y están en condiciones deficientes, o que la raza no está adaptada, o hay desequilibrios en el ecosistema ganadero, por lo cual el manejo de la ganadería debe ser totalmente holístico. Si es reiterativo, una ganadería que ya fue certificada podría ser descalificada, y una que desea certificarse, pero no logra equilibrio, puede no ser certificada
·         Vacunas obligatorias sanitariamente a nivel regional o nacional están permitidas


Qué rico y sano es saborear una hamburguesa preparada con carne de ganados criados y alimentados bajo criterios  ecológicos.

Estos son parámetros generales, pero, dependiendo de cada unidad de producción puede haber otro tipo de condicionamientos específicos. Lo importante es que se pueda notar que ser productor ganadero ecológico no es nada complicado, tampoco es costoso, la mayoría de los requisitos son inherentes al manejo, y siempre se procura un máximo bienestar para los animales y para el personal a su cargo.

Finalmente, cabe mencionar que la producción ganadera ecológica es fácilmente aplicable y alcanzable de forma integral al aplicar tecnologías como el Pastoreo Racional Voisin (PRV), el Sistema Silvo Pastoril (SSP), y el concepto más novedoso es el de Granjas Ecológicas Polifacéticas (GEP), siempre que se cumplan las condiciones aquí descritas, y que en la implementación de ellas haya conformidad con los reglamentos, normas y leyes de producción ecológica que rigen en cada país. Puede ampliar información sobre estas tecnologías en: www.culturaempresarialganadera.org. Si usted, además, desea ampliar información al respecto de lo que aplica normativamente para Colombia, consulte la Resolución 0187 de 2006 del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural de Colombia (MADR), la cual consagra todas las disposiciones para obtener el certificado o el SELLO NACIONAL DE ALIMENTO ECOLÓGICO.

Bibliografía





[1] Zootecnista U. de A., Especialista U.D.C.A., Gerente General de Cultura Empresarial Ganadera Internacional, Presidente de la Asociación Bioganaderos - www.culturaempresarialganadera.org
[2] Comunicador social y periodista
[3] Pienso: Alimentos balanceados = Alimentos concentrados = Raciones mezcladas (TMR)